Establecer horarios fijos para el cepillado: Lo ideal es que los niños se cepillen los dientes al menos dos veces al día, por la mañana y antes de dormir. Incorporar el cepillado en la rutina matutina y nocturna puede hacer que se convierta en un hábito automático.

Cepillado supervisado: Para los niños más pequeños, es importante que los padres supervisen el cepillado hasta que ellos dominen la técnica. Los movimientos deben ser suaves y circulares, abarcando todos los dientes, encías y lengua.

Uso de pasta de dientes adecuada: Utilizar una pasta dental infantil con flúor en la cantidad adecuada (el tamaño de un guisante) es crucial para proteger los dientes y evitar la aparición de caries.

Incorporar el uso del hilo dental: A partir de los 6 años, los niños pueden aprender a utilizar hilo dental, especialmente si tienen dientes muy juntos. Esto ayudará a eliminar la placa entre los dientes donde el cepillo no puede llegar.

La salud dental no termina con el cepillado en casa; es necesario enseñar a los niños cómo cuidar sus dientes también durante el día escolar. Esto no solo refuerza sus hábitos de higiene, sino que les da una mayor autonomía y responsabilidad sobre su bienestar bucal.

Incentivar una alimentación saludable: Una de las mejores formas de cuidar los dientes en la escuela es a través de una merienda equilibrada. Los alimentos azucarados o ácidos, como dulces y refrescos, pueden dañar el esmalte dental. Los padres pueden incluir en las loncheras frutas, vegetales, quesos y frutos secos, que además de ser nutritivos, cuidan los dientes.

Hidratarse con agua: Asegúrate de que los niños lleven siempre una botella de agua. Beber agua después de comer ayuda a eliminar restos de alimentos y mantener la boca hidratada, lo que contribuye a reducir el riesgo de caries.

Motivar el cepillado después de las comidas: Aunque no siempre es posible cepillarse los dientes en la escuela, si los niños llevan un pequeño neceser con un cepillo dental portátil, pueden cepillarse después del almuerzo o la merienda, especialmente si consumen alimentos azucarados.

Chequeos regulares: Se recomienda visitar al odontopediatra cada seis meses, incluso si no hay síntomas evidentes de problemas. Durante estas visitas, el especialista evaluará la salud dental y podrá detectar posibles caries, malformaciones o problemas de mordida a tiempo.

Seguimiento del desarrollo dental: A medida que los niños crecen, los dientes permanentes comienzan a salir. Un odontopediatra puede asegurarse de que este proceso se dé de manera adecuada y sin complicaciones. En caso de necesitar ortodoncia en el futuro, la detección temprana es clave.

Selladores dentales y fluoración: El odontopediatra puede recomendar tratamientos preventivos como la aplicación de selladores dentales o flúor, que ayudan a proteger los dientes de caries en sus primeras etapas de crecimiento.

Establecer una rutina de higiene dental adecuada, tanto en casa como en la escuela, es esencial para que los niños mantengan dientes sanos y fuertes durante todo el año escolar. Enseñarles la importancia de cuidar sus dientes no solo les proporcionará una sonrisa saludable, sino que también les inculcará hábitos que perdurarán toda la vida. No olvides complementar esta rutina con visitas periódicas al odontopediatra, para asegurarte de que el crecimiento y desarrollo dental de los más pequeños se mantenga en óptimas condiciones.